martes, 31 de marzo de 2015

La mujer maltratadora - El tabú silenciado

A todos los hombres humillados
por sus mujeres y discriminados por la sociedad
.



La mujer maltratadora
El tabú silenciado
 

Todos conocemos el grave problema del maltrato físico o emocional que muchos hombres infligen a sus mujeres. Pero hay también otra plaga, no menos extendida, que es la violencia emocional o física de muchas mujeres contra sus parejas masculinas. Como ya existe abundantísima información sobre el primer asunto, examinaremos aquí con cierto detalle el segundo -un drama tabú-, a fin de obtener una visión más completa de la terrible violencia doméstica.
Ante todo, cabe entender toda violencia familiar como un síntoma neurótico surgido de profundos conflictos emocionales de sus miembros, y a menudo de severas patologías de la personalidad. En el caso de las mujeres, además, es un hecho que muchas de ellas no se emparejaron desde un principio a partir de un genuino amor a su pareja -y ni siquiera al varón en general o con unas mínimas aptitudes para la empatía y la convivencia-, sino desde apremiantes necesidades prácticas o neuróticas (p.ej., huir de la familia, vacíos emocionales, embarazo no deseado, deseo de tener hijos, interés económico, imitación social, etc.). Así, tras las primeras semanas de romance y en cuanto la mujer asume su nuevo estatus de casada (o incluso desde mucho antes), muchas de ellas comenzarán a descargar sus amarguras inconscientes contra su chivo expiatorio más cercano: sus maridos. (Y, por supuesto, también contra sus hijos u otras personas e incluso contra sí mismas. Pero éste es un tema que no abordaremos aquí). Comenzará, entonces, la pesadilla secreta de los hombres maltratados.

La conducta de estas mujeres es siempre la misma: culpan de forma exclusiva, continua y desproporcionada a sus parejas masculinas de los problemas inherentes a toda convivencia, presentándose ellas mismas como las víctimas ajenas e inocentes de todo. No hay diálogo, no hay autocrítica, no hay afecto, no hay disculpas; la percepción de la mujer es siempre inequívoca y furiosa: "¡es por tu culpa, eres un egoísta, eres un inútil, eres un idiota, eres un desagradecido, eres un hp...! Y desfoga inagotablemente contra él toda su rabia y su desprecio.
Si el hombre se muestra cariñoso, se burla de él ("eres un pesado, eres un crío, siempre estás con el sexo, sólo piensas en ti"). Si se defiende, entonces lo amenaza ("a mí no me hables así, tú qué te has creído, te denunciaré"). Si se repliega sobre sí mismo para protegerse, se queja ("no me haces caso, me tienes abandonada, nunca me has querido"). Y si el hombre, demasiado inmaduro y dependiente de la figura femenina (a causa de sus carencias maternales y sexuales), se rinde definitivamente y se somete mansamente a su mujer, entonces ella aún lo detesta más ("eres débil, eres patético, un calzonazos, me das asco"). Etcétera. De modo que, haga él lo que haga, ella siempre encontrará la manera de deformar la realidad para justificar su compulsiva necesidad de agredirlo y humillarlo.

En los casos moderados, estas mujeres son simplemente mandonas, exigentes, desdeñosas y manipuladoras con sus parejas. Cuando, en cambio, su narcisismo es ya patológico (p.ej., sufren verdaderos trastornos de personalidad), su violencia emocional será terrible, y también puede ser fácilmente física (bofetadas, arañazos, patadas, golpes con objetos, amenaza con objetos punzantes o armas, etc., e incluso homicidio). Pero, muy significativamente y a pesar de tanto dolor y odio, no suelen hacer nada para separarse de sus maridos, ni tampoco están dispuestas a renunciar a los bienes -dinero, lujos, prestigio social, amistades- que su "enemigo" pueda proporcionarle. Más aún, algunas de estas mujeres, aun pudiendo trabajar, no quieren hacerlo. O, si trabajan, guardan su dinero para sí mismas negándose a veces a compartir los gastos domésticos, con la excusa de que su pareja debe mantenerlas en "justa compensación por lo mucho que sufren por su culpa". Este tipo de actitudes demuestra claramente la psicodinámica narcisista y explotadora en todos los sentidos (emocional, económico, a veces incluso sexual) de estas mujeres . Obviamente, cuanto más dinero gana el hombre, más feroz puede ser esta explotación.

Ante semejante situación, muchos hombres buscarán consciente o inconscientemente el amor y el sexo en otra parte, es decir, tenderán a ser infieles. Cuando son finalmente descubiertos (lo que suele ocurrir, a menudo porque ellos mismos buscan inconscientemente el castigo que creen merecer), la brutalidad más absoluta caerá sobre ellos. La esposa engañada, dolida, resentida, fuera de sí, gritará: "¡ya lo sabía yo, eres un canalla, todos los hombres sois iguales, ¿quién es esa p...?, ¡ella se va a enterar!", etc.. Y escenificará todo tipo de escándalos privados y públicos, manipulará y se entrometerá en las vidas de terceros, etc. La exageración de su respuesta dependerá también de su educación y de su entorno familiar y sociocultural.

¿Son los celos o el dolor ante la posible pérdida del amor de su pareja lo que motiva estos estallidos, como ellas piensan? En absoluto. El tormento de estas mujeres es la humillación insoportable de su inmenso orgullo herido, y la no menor frustración de haber perdido el control sobre la vida y la conducta del hombre, y que otra mujer pueda asumir este dominio. Porque, si la mujer violenta necesita sentirse omnipotente, ¿cómo podría sobrevivir emocionalmente sin una víctima a la que aferrarse? Hay, pues, un fondo de terror y envidia en la furia de la engañada. Y, llegada a este punto, suele reaccionar de dos maneras básicas: o bien aumentará su odio contra la pareja durante meses (o  años, por mucho que éste se haya arrepentido sinceramente mil veces). O bien exigirá el divorcio inmediatamente. Ambas reacciones demuestran su desvinculación afectiva básica respecto al hombre, es decir, su nulo interés inconsciente por conservar un "amor" que, en rigor, nunca existió. Los procesos legales de separación tenderán a ser extremadamente conflictivos y, debido a los  prejuicios sociales y las leyes ideologizadas, a menudo cruelmente abusivos contra el varón.
Muchos hombres, naturalmente, no soportarán este infierno. Algunos buscarán alivio en el alcohol, las drogas, la prostitución, el trabajo o los amigos -dando así más pábulo a su mujer-, o desarrollarán trastornos psicológicos severos (depresión, violencia, problemas laborales, disfunciones sexuales, etc.)... sin atinar, desde luego, a divorciarse. Pese a sus tormentos y a menudo desde graves inmadureces afectivas o problemas de personalidad, son infantilmente dependientes de su verduga, a la que sienten inconscientemente como una madre justiciera que, en realidad, "suele tener razón y les da su merecido". Son hombres débiles, inseguros, inhibidos, sin autoestima (aunque puedan tener un gran brillo en lo social, profesional, etc.), y sufren en secreto sintiéndose habitualmente confundidos, culpabilizados, anulados por la esposa. Les cuesta mucho discernir qué sienten, qué piensan, qué desean hacer ellos mismos con su matrimonio y con su vida, con independencia de la voluntad de la mujer, que tienen interiorizada de forma obsesiva.

De momento, no les cabe esperar mucha comprensión por parte de la sociedad, que contempla su problema con incredulidad, ironía o indiferencia. Después de todo, ¿no es muy habitual la relación entre una mujer "de carácter" y un hombre "obediente"? ¿No se dijo siempre que ellas son "princesas" y "madres" y que siempre mandaron "en casa", mientras ellos "trabajan y pagan"? ¿Y no pensamos también que ellas son sensibles y amorosas por naturaleza, mientras que ellos son brutos, egoístas y educados para no llorar? ¿Por qué quejarse, entonces? Mientras "la sangre no llegue al río".... Por eso, social y oficialmente, el sufrimiento masculino a manos de su mujer "no existe".

Pero el tabú de la mujer maltratadora no sólo es perjudicial para los hombres, sino también, obviamente, para ellas mismas. Para las relaciones entre los sexos. Para el amor y la creación de familias. Para la crianza y la felicidad de los hijos. Para la paz y la justicia social. Etcétera. Este tabú impide a mujeres y hombres concienciar y resolver las bases neuróticas de su sadomasoquismo compartido. Las mujeres violentas, como los hombres violentos, no lo son por maldad o por gusto, sino por tremendos déficits emocionales infantiles. A causa de ello son niñas vacías, inestables, rabiosas, desesperadas. Por eso necesitan un "huésped" al que aferrarse y violentar. Desgraciadamente, muchísimas de ellas -dada la aquiescencia social- jamás advertirán su problema. Sólo sus víctimas, a veces, llegarán a pedir ayuda terapéutica y/o legal.
Dejo, en fin, estas reflexiones con la esperanza de que ayuden a arrojar un poco de luz sobre un problema muy extendido y, por negado, doblemente dramático.


© JOSÉ LUIS CANO GIL
Psicoterapeuta y Escritor
Marzo, 2008
Revisión: Febrero, 2014

© Se admite la reproducción de este artículo, citando al autor y la URL.
http://www.psicodinamicajlc.com/articulos/jlc/muj_malt.html#.VRpf3UC6xIY 

lunes, 30 de marzo de 2015

Todos Obran Cuentos...


Escribir con el corazón es la compulsión de una obsesión emotiva,
la obra de la historia insípida de un pensamiento repudiado,
el acto constante que es fin y principio del dolor presionado,
un estado de ánimo desbordado y centrado en la necesidad de cordura.







De sostenidos sonidos que no se interpretan...


Hay cierto encanto en la tristeza,
melancolía difusa,
esencia perdida de horas consentidas
y de emociones malcriadas.

Ojos que hablan de notas muertas,
de sostenidos sonidos que no se interpretan,
de cuerdas tensas sin movimiento,
silenciosas, resentidas...abnegadas.

De manos sin ganas de pensar,
rindiéndose a un mundo de  presión,
sin talento, sin inspiración, sin alma.
Historias de siempre repetir
y de nunca terminar.

(D.)

Internet duele...


¡La amistad verdadera no puede soportar
 la amargura de la separación!
¡Hasta el sol palidece cuando tiene que dejar la tierra!
(Las mil y una noches)


Vivimos en un mundo globalizado, es un hecho, la manera de relacionarnos con los demás ha cambiado de un modo súbito. Mientras el ser humano vivió en aldeas de no más de ciento-cincuenta miembros, la relaciones sociales eran estrechas, si se experimentaba un sentimiento de amistad o amor hacia ciertos miembros de la tribu, se podía acceder a ellos rápidamente para cubrir esa necesidad en muchos casos recíproca.

Hoy en día seguimos viviendo en aldeas... pero de otro modo, las llamamos ciudades, villas o pueblos donde el numero de miembros es enorme y crece de forma exponencial, en este caso podemos acceder fácilmente a las relaciones sociales, incluso nos podemos sentir abrumados por el nivel de información y lo numerosas que pueden llegar a ser así que en muchos casos el ser humano no esta preparado para estas situaciones que consumen sus recursos cognitivos a nivel social.

Por otro lado, con la aparición de Internet se solucionaba parte de este problema, se siguen teniendo las relaciones más destacadas de forma presencial y por contra las relaciones más dispersas se mantienen vía online facilitadas por redes sociales, chats y foros. 
¿Por qué digo entonces que Internet duele? Lo digo porque llega un punto donde la facilidad que implica Internet y la comodidad para el usuario consigue justo lo contrario, que las relaciones presenciales sean superficiales y las relaciones de verdadero valor sean las ciberespaciales, es entonces cuando no se puede acceder fácilmente a los miembros dado que quizá vivan a kilómetros de distancia o incluso en otros países, en este punto llegará la frustración de la emoción que no podemos expresar corporalmente, entonces dolerá y no no será agradable.

Nos ha pasado a todos/as, por suerte o desgracia somos seres gregarios, con diferentes gustos por el conocimiento o las relaciones humanas, eso implica que dentro de nuestro grupo cercano quizá no podamos saciar esas necesidades personales. Por contra Internet nos conecta con un sinfín de personas las cuales comparten nuestras inquietudes, al estrechar lazos con esas personas a través de la conversación, nos encontramos en una encrucijada, dado que florece la amistad y la confianza, una amistad que como un tipo de amor que es, necesita ser expresada de una forma más emotiva y corporal, en muchos casos se pueden hacer quedadas pero como bien sabemos, a veces es difícil de sobrellevar.
Si hablamos de amor romántico, la complejidad va a ser enorme y es entonces cuando Internet va a doler y de un modo muy intenso, porque esa necesidad, por ejemplo, de dar un abrazo se verá frustrada por la distancia, pero aunque es difícil no es imposible, millones de parejas sobrellevan las relaciones a distancia en la actual sociedad y aunque sacrifican la expresión física del afecto les compensa la idea del mismo.

El mundo evoluciona, pero los humanos por su limitación genética siguen adaptados a las relaciones sociales de un modo más reducído, este es un ejemplo de como la evolución social resulta indispensable frente y como complemento a la evolución genetica.


La amistad es un alma que habita en dos cuerpos;
un corazón que habita en dos almas.
(Aristóteles)



viernes, 27 de marzo de 2015

Las ventajas de la soledad.


“Nunca sentía soledad;
 cuanto más separado de la especie humana se encontraba,
 mejor se sentía.”
(Charles Bukowski) 

La soledad, una situación que produce mucho miedo pero no porque sea peligrosa, sino porque nos deja a solas con nosotros mismos. 
Uno de los grandes problemas de la sociedad actual es que sus miembros no han aprendido a gestionar la soledad de forma optima y por consiguiente a disfrutar de sus ventajas.

Vamos a empezar por el principio, la soledad vista desde la perspectiva genética y evolutiva. Claramente, la soledad difiere con una parte de la naturaleza humana y no es otra que la protección que proporciona el grupo. Si nos alejamos del grupo, por instinto sabemos que no sobreviviremos, hasta el punto que se genera una necesidad genética hacia la socialización, por ello el ser humano es gregario. Solo hay un problema con este tema... que aunque es cierto, ya no vivimos en el paleolítico y por consiguiente, debemos adaptarnos a un mundo en el que la soledad no significa "muerte" de una forma tan definitoria ni contundente, así que debemos intentar trascenderla en la medida de lo posible, porque jamás podremos huir de la necesidad de ser gregarios ni de tratar con otros seres humanos.

Visto este punto debemos decir que existen dos tipos de soledades, la elegida y la obligada. La elegida es aquella que practican las personas introvertidas o de carácter más reservado además de artistas, escritores y creativos, que la necesitan para conectarse con ellos mismos y así dar fruto. Por otro lado, existe la soledad obligada, sea por falta de relaciones sociales, timidez o miedos, que llevan a las personas a estar más solas de lo que verdaderamente quieren estar, esto sucede a menudo en los duelos, sobretodo en los de la perdida de la pareja por ruptura y/o perdida.
Sea cual sea el tipo de soledad que vivimos podemos sacarle el mismo partido realmente, en general la soledad no debe estar asociada a la tristeza o al miedo,si se asocia es por error dado que suele llegar conjuntamente con los momentos de tristeza y por ello explicaremos más adelante su relación.

Sí por contra atendemos a esa soledad, y la sentimos, nos encontramos con nosotros mismos en toda plenitud, sin máscaras, donde no podemos retirar la mirada ni de lo bueno ni de lo malo que podemos ocultar a los demás pero no a nosotros mismos... de ahí el miedo y el dolor que se siente en la soledad y por ello se alejan de ella las personas.
Si nos atrevemos a no apartar la mirada, crecemos, porque se nos da la oportunidad de ser conscientes y corregir todo aquello que no nos gusta de nosotros, o si más no, aceptarlo e intentar sacar su parte positiva...

Eso es la introspección y practicar una inteligencia intrapersonal.

Os puedo asegurar que el camino que la soledad nos ofrece es muy duro, pero si tenemos el valor de afrontarlo, es entonces cuando al final da un fruto que nos libera de esas cargas que no queremos reconocer. Quizá muchos os preguntaréis porque en la tristeza queremos estar en soledad, y con esto tenéis la respuesta... la tristeza nos dice que nos conectemos con nosotros mismos para resolver aquello que nos la genera, para así afrontarlo y trascenderlo.

Por último diré, que como en casi todo nada es absoluto, y aunque la soledad es importante vivirla, quedarse en ella permanentemente nos aísla. El ser humano tiene una necesidad tanto social como individual, y debe mantener un equilibrio entre ambas necesidades o polaridades si quiere mantenerse feliz, dado que si no cumple una de las dos, sentirá como la necesidad insatisfecha lo oprime, de ahí que la solución recaiga en dar espacio a ambas necesidades y así equilibrarlas.

Sócrates decía aquello de ''conócete a ti mismo'',
 y no nos vamos a engañar, el camino más rápido es la soledad.
 Si os hacéis conscientes de ello no queda más que aprovecharlo.


La mariposa recordará por siempre que fue gusano. (Benedetti)

martes, 24 de marzo de 2015

Abrazos inteligentes.


Amo a la humanidad, pero, para sorpresa mía, 
cuanto más quiero a la humanidad en general, 
menos cariño me inspiran las personas en particular. 
(Dostoievski)

Vivimos en un mundo donde mostrar cariño se asocia a la debilidad, a la dependencia de los otros y por consiguiente no permite ser un ente competitivo, consumista y sobretodo independientemente rudo.
Creo que por el camino de estos últimos tiempos mercantilistas, hemos perdido parte de nuestra humanidad, la capacidad de mostrar ternura en público, un tipo de amor que libera como pocas cosas.

Tú al abrazo lo llamas debilidad, yo por contra, lo llamo inteligencia de tipo emocional-interpersonal, porque saber pedir cariño, como una necesidad básica del ser humano que es, a mi, me resulta un acto de inteligencia y no de esa que se mide con un test.

Queda mucho por saber de la ternura, pero una cosa esta clara a mi entender:

"Los abrazos de verdad duran más de seis segundos...
y los mide el valor, porque no tienen precio."
(D.)


No hay que entenderlos, sencillamente solo hay que ofrecerlos.

lunes, 23 de marzo de 2015

Día plomizo y tripofóbico.


Día plomizo y sobrio, gris, pendenciero y abrupto,
el cielo terroso olía como la fruta ulcerada, purulenta y rancia,
caminaba por la calle descompuesto, tordo...
con ganas de pugnar y desafiar a todos.

Podia notar la tristeza en la garganta,
y como el aire en su aguante sabía a vómito.
La vida era sucia y churretosa,
como el agua corrompida de las aceras,
ruin, fulera y pringosa en la lengua de lo gatos,
que perduraban recurriendo a la carne tripofóbica
de los lamentos de la piel humana.

Ya no soportaban no poder huir
de esa realidad caduca de rojos y ocres.





¿Victima o victimismo?


 Para llegar a una vana pompa y a un poder prohibido, 
se había ennegrecido con mil crímenes, 
se ve presa de remordimientos y víctima de un dolor 
sin fin y sin límites.
 (William Beckford)


Cuando hablamos del dolor que sentimos en algunas situaciones, difícilmente podemos trascender la idea de aquello que nos lo provocó. Siempre se buscas un "porqué", un motivo que justifique ese dolor que tanto sufrimiento provoca.

Hay una gran diferencia entre ser una víctima real, y quedarse pinzado en el victimismo, dado que el uno mal gestionado se convierte en el otro. La víctima es aquella persona que ha sufrido un daño quizá injustificado o colateral y que sufre por el mismo con un dolor justificado y una tristeza lícita que le ayude a gestionar aquello que ha perdido, sea dignidad, libertad o cualquier otra cosa valorable por el ser humano. Pongamos un ejemplo para ello y veamos como a veces las víctimas lo son incluso generaciones despúes:

- Si entendemos que nuestros bisabuelos y abuelos vivieron una guerra civil en la que sufrieron y fueron victimas de situaciones durísimas de muerte y hambre, entonces podemos entender que entraran en un modo de supervivencia para el resto de sus vidas basado en la escasez, claramente eso afectó a la educación de nuestros padres, que a su vez vivieron una dictadura represiva donde la represión de la libertad y el miedo eran norma siendo víctimas de su educación influenciada por una guerra y de su vida influenciada por una dictadura... a su vez, nuestros padres nos transmitieron una educación, en muchos casos patriarcal, controladora y basada en el miedo al miedo, dada sus propias experiencias y por contra nuestra generación esta adaptada a un mundo que ya no existe, una democracia mercantilista que rompe con muchas de las normas naturales del ser humano... 
Como podemos ver, somos "víctimas reales" e indirectas de una guerra, una dictadura y más tarde de un sistema económico que nos trata como mercancía y debemos, desde luego, aprender a gestionarlo. En ese caso tenemos dos opciones, aceptar la realidad (que no implica que nos deba gustar) y intentar adaptarnos mejorando el ambiente y a nosotros mismos para romper el círculo de "educación neurótica" y que permita a nuestros hijos e hijas, ser ellos mismos sin una influencia del pasado que ya nada tiene que ver con su realidad.

Por otro lado, podemos no aceptar la realidad como tal y el daño producido como algo que no nos impulse a crecer... lo que hará que pongamos la queja en que son otros/as los responsables de nuestro dolor, cosa que nos nos permitirá resolverlo. En ese punto nos quedaremos pinzados en un estado continuado de dolor, rencor e injusticia que nos llevará al deseo de venganza continuado... entraremos en un estado victimista.

 El dolor es inevitable, el sufrimiento opcional... esa es la perspectiva contraria del victimismo, cuando aquello que produce el daño desaparece, debemos entender que es tiempo de lamer las heridos, pero hay quien no lo hace. El victimismo tiene una función biológica clara, la de hacer ver como agresor aquello que nos produce el daño y a su vez manipular al grupo para que por empatía se vuelquen en el individuo victimizado y lo protejan, un método sublime de supervivencia social. Aún así, hay que entender que el victimismo, como patología destroza a su huésped y lo lleva a un estado paranoide, donde la realidad se deforma. A eso lo llamamos sufrimiento sostenido.

Este es un caso fácil que podemos encontrar en trastornos depresivos agudos, la depresión no es otra cosa que odio reprimido y no expresado hacia aquel factor que provoca el daño, la culpa por no haber frenado el daño antes o haber provocado a otros y no poder resolverlos a su vez... la tristeza, una profunda tristeza producto de la impotencia de acto de la que no se puede escapar más que aceptando la realidad y asumiendo la responsabilidad de la misma para resolverla.

Cuando existe un estado depresivo, la función de la tristeza es conectar a la persona con si misma para que pueda resolver el conflicto interno, si eso no sucede, la tristeza se alarga y la persona comprende en su impotencia que dependerá de los demás para sobrellevar su sufrimiento, en ese momento caera en el victimismo y que junto con su manipulación influirá en la empatía de las personas para que la rescaten de su dolor y así sobrevivir en un entorno, que la misma creerá hostil por su experiencia previa.

Como podemos ver la victima lo es temporalmente y el/la victimista se queda enganchado/a a su dolor que sin lugar a dudas es su condena. La solución no es sencilla, pero con trabajo y asumiendo la realidad, se puede salir de esta espiral de dolor, lamento y queja, que hoy padecen tantos hombres y mujeres en nuestra sociedad, pero ese será otro tema que tratar en el futuro.



P.D.- Escribo sobre un caso específico y común, pero que no debe ser algo absoluto. Calce a quien le calce y a quién no, escucharemos su versión.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Seamos.


Porque el mejor regalo que nos ha hecho la vida es la muerte. Y la certeza de que nadie, absolutamente nadie se acordará de nosotros.
Dicho de otro modo: seamos.
Tenemos la coartada perfecta.

(José Miguel Campos - Hoy no debería pensar en nada)

martes, 17 de marzo de 2015

Héroes.




No te pongas piedras en el hígado... los verdaderos héroes, hoy en día tienden lavadoras. (D.)

sábado, 14 de marzo de 2015

¿Sapiens? No, muchos no merecen ese apelativo...


El hombre es el lobo del hombre...
(Asinaria, Plauto)

El ser humano, ese animal que por miedo altera el entorno. Ya no se adapta a él, sino que adapta el mismo para sentir seguridad y así no enfrentar su miedo más instintivo a vivir.

Es un animal que no recuerda que estar en equilibrio con el medio es lo único que verdaderamente le va a salvar, porque alejarse de él implica negar el cambio, siendo justamente el cambio el que crea la leccion, el aprendizaje y el hecho de convertirse en algo diferente, transformarse...

Ya lo he dicho, miedo, miedo al cambio, miedo a dejar de ser estáticos para olvidar y no reconocer justo lo que son... animales, nada más.
Es en esa situación incongruente, lo que ellos llaman el proceso de cambiar el mundo que les rodea, acaban destruyendo su entorno... he ahí cuando se pone en duda el apelativo sapiens, donde su inteligencia se merma y se pone por debajo de la de cualquier otro ser vivo del ecosistema. Por desgracia, otros seres que si están en equilibrio con el hábitat,  se extinguen por la proliferación del cromañón vírico.

Imbéciles que son incapaces de ser conscientes de un hecho tan simple, estúpidos simios que no saben usar con consciencia su arma más poderosa, que es su cerebro único, imperfecto, pero único. 

Pero no temáis por el mundo, por el planeta, no acabarán con él porque no pueden, quizá arrasen con otras especies que en otra circunstancia podrían ser su salvación, también con los árboles que les dan oxigeno, pero no, nunca acabarán con la vida... la Tierra, como tal, ha sufrido ya seis extinciones masivas y de todas ellas se ha recuperado, la vida a vuelto a florecer una vez tras otra... no os equivoquéis, lo único que hace el sapiens es destruirse a si mismo porque su entorno, se recicla y recupera una y otra vez.

Autodestrucción... ni más, ni menos, ese sitio donde no queréis mirar.


Sentir vergüenza de tu especie...
 

viernes, 6 de marzo de 2015

Lágrimas viscerales.


Las lágrimas son la expresión de todas las emociones básicas: se llora por tristeza, por alegría, por miedo y por rabia... pero aún así, la sociedad se empeña en reprimirlas considerándolas una debilidad... nos niegan el derecho a ser lo que somos, seres puramente humanos, entes emocionales... animales viscerales.

Las necesidades instintivas deben ser satisfechas.




domingo, 1 de marzo de 2015

Resaca emocional...

 El lobo y la oveja, nunca hacen pareja...
(Refrán popular)


Aclaremos entonces conceptos sobre la ex-pareja...

Veo a muchas personas luchando contra una evidencia aplastante, y sintiéndose inseguras frente a las ex-parejas de sus actuales parejas...

Pero este es un tema sencillo para quien mantiene la mente abierta, porque hay que rendirse a la "resaca emocional" y no seguir de "borrachera afectiva"... preguntándonos: ¿Qué es una ex-pareja?

Much@s diréis, que es ese "ser" enemigo por naturaleza, al cual amó vuestra actual pareja antes que a vosotr@s, y que "como es normal" es una amenaza constante hacia vuestra relación actual... pero va a ser que no y no es así, es más sencillo que todo eso. Si piensas así, te inunda la inseguridad, empieza el miedo a la perdida, que crea una posesión que lleva a los celos y al final a la dependencia emocional... cayendo en barrena, para terminar, al apego más sumiso y carcelero.

Por contra, esas personas en raro caso esperan algo de vosotros o vosotras, siguen con su vida felizmente como el resto de los mortales, es más, la manera más sana de verlos es la siguiente:

"Ex-pareja es aquella persona a la que debemos estar agradecid@s por todo lo bueno que hizo por nosotros, por hacernos sentir amor, ternura, erotismo, hacernos sentirnos queridos y sobretodo por compartir nuestra vida por un tiempo y nutrirnos para permitirnos crecer... 
A su vez, debemos estar agradecidos por todo lo malo que nos hicieron pasar, el dolor, la tristeza, el miedo, etc... y las lecciones que nos hicieron aprender a través de estas emociones... pasará lo mismo con las ex-parejas de nuestras parejas actuales, debemos y podemos agradecerles el hecho que ayudaran a nuestras parejas a aprender a "amar cada día un poquito mejor" cosa de la cual nos beneficiaremos nosotros, y soltarlas, para de ese modo ponerlas a nuestro alcance..."

Con cada nueva relación de pareja,
aprendemos a amar un poco mejor cada vez,
y eso, siempre es un beneficio.
(Joan Garriga)

Debemos recordar que en esta vida siempre vamos a más, siempre intentamos encontrarnos a nosotros mismos, recoger lo que otros dejan es una ventaja, y por ello, cuando nosotros dejamos algo, no debemos sentir inseguridad por saber que otros/as lo cogerán... es más, nos alegramos que alguien pueda disfrutar de con quien ya no encajamos y por suerte nos desapegamos, es realmente puro altruismo, ofrecer libertad a otras personas para que libremente encuentren el amor y permitirnos encontrarlo nosotros/as.

En conclusión, ex-pareja, es un concepto y un rol personal muy positivo, valorable y necesario, que hay que apreciar con madurez, porque nos ayuda a crecer, aunque muchas veces y un gran numero de personas no se den cuenta, las personas que compartieron sus vida, son a su vez una bendición por el placer y una lección sobre que mejorar la próxima vez.

Por otro lado, esperar amistad de nuestra ex-pareja, es algo muy complicado... cuando hay mucho amor, también hay mucho odio en la ruptura, por ello lo que de una forma realista se debe esperar de una ex-pareja es indiferencia, porque esa indiferencia es lo que realmente la define y la que nos enseñará una gran lección, que implica que no podemos ser "necios", la amistad, es para los amigos... La ex-pareja tiene y debe tener otro papel más fundamental aún, facilitar el proceso de cambio emocional con su indiferencia, que lleva a conseguir un desapego rápido, enriqueciendo dentro del duelo y facilitar una gestión más rápida de la perdida, entendiendo una verdad universal, nada es permanente, ni siquiera la mejores historias de amor.

"Los grandes amores, 
conllevan siempre grandes dramas..."
(D.)

Por último, cabe decir que muchas personas, miran en su pasado y no valoran a quienes compartieron sus vidas, despreciando y desprestigiando a personas que quizá se lo dieron todo y más, y este es un error enorme, porque hay que agradecer a la ex-pareja todo lo que nos ha brindado, no hacerlo, implica no seguir adelante, y negarte una experiencia muy enriquecedora para el futuro... el tiempo nunca es perdido.

El odio siempre es un error es estos casos y una perdida tiempo, donde mucho más lo son las ofensas que vuelan como golpes.





P.D.- A mi amigo J. al que estoy seguro le abrirá la puerta a otra perspectiva.