miércoles, 9 de mayo de 2012

Crecimiento simbólico.

Podemos discernir de manera lógica o racional  cualquier idea o situación previsible, podemos comprenderla, incluso esquematizarla  y no dejar ni un solo cabo suelo al entendimiento de la misma, sea cognición o representación contextual. Pero no es hasta que la sentimos o vivimos que de verdad se completa ofreciéndonos un significado simbólico de lo que es puramente real.

Las emociones refuerzan el significado de las ideas, de tal modo que las hacen verdaderas hasta el punto que no necesitamos un autodialogo para interpretarlas.

2 comentarios:

  1. El único argumento que destroza mi refutación es la muerte, esa no respuesta de la que hablan los pensadores. No sabría decir si en el momento de morir, el hombre hablante, deja de serlo. Diría que el razonamiento, sinónimo de lenguaje, para la filosofía no es más que intuición acerca de las emociones. Podría ser que el lenguaje no es más que una mera intuición que se anula a sí misma.

    Seguiré pensando en ello!!

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  2. El hombre que no siente emoción apenas existe (A.Porchia)

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